La venganza es una reprimenda que se ejerce sobre una persona o
un grupo de personas por una acción que
es percibida como mala o dañina. El sujeto que se siente afectado decide
vengarse y concreta una especie de reparación por
el daño. La venganza supone una compensación por el agravio recibido.
Consiste primordialmente en el desquite contra una persona o
grupo en respuesta a una mala acción percibida. Aunque muchos aspectos de la
venganza se asemejan al concepto de justicia, la venganza en general persigue un objetivo más injurioso
que reparador. El deseo de venganza consiste en forzar a quien haya hecho algo
malo en sufrir el mismo dolor que él infligió, o asegurarse de que esta persona
o grupo no volverá a cometer dichos daños otra vez. La venganza es un acto que,
en la mayoría de los casos, causa placer a quien la efectúa, debido al
sentimiento de rencor que ocasiona el antecedente factor.
De esta manera, la venganza intenta parecerse a la justicia, aunque, por lo general, su objetivo trasciende
la atención de reparación. Por ejemplo: Si un hombre recibe una patada, es muy
probable que desee vengarse con dos patadas. En ejemplos más complejos, el
vengador querrá infringirle un castigo ejemplificador a
la persona que causó el daño original.
Pese a lo condenable que puede ser desde el punto de vista moral o ético, la venganza causa placer a quien la concreta, ya
que el vengador suele estar inmerso en sentimientos de odio y rencor. La
venganza, por lo tanto, aparece como un desahogo.
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